
Por: J. Talavera
La actuación de Usher en el intermedio de la Super Bowl generó más que solo elogios por sus habilidades artísticas; su dueto con Alicia Keys avivó la polémica debido a un abrazo que desató comentarios en el público. Usher, sin embargo, defendió el gesto afectuoso, argumentando que él y Keys son buenos amigos, y aseguró que el esposo de la cantante no se sintió ofendido. Este episodio resalta la delgada línea entre la amistad y la percepción pública en el mundo del entretenimiento.
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No obstante, la atención también se centró en una actuación pasada de Usher durante los MTV VMA de 2014, donde protagonizó un momento controversial al golpear el trasero de Nicki Minaj en plena presentación. En una reciente entrevista con Charlamagne Tha God, Usher admitió haberse pasado de la raya en esa ocasión, reconociendo que no debería haber llevado a cabo esa acción durante la actuación con Minaj. Este arrepentimiento revela una faceta más reflexiva del artista, mostrando que la autocrítica es parte fundamental de su evolución profesional.
La sinceridad de Usher al reconocer su error destaca la importancia de la responsabilidad y la evolución en la industria del entretenimiento. A pesar de su éxito, el cantante demuestra que está dispuesto a aprender de sus deslices pasados, proporcionando un recordatorio de que incluso las figuras públicas más consagradas pueden enfrentar momentos de controversia y crecimiento personal.